Alimentos para todos: ¿misión imposible?

Uno de los desafíos más grandes de nuestro tiempo es garantizar la seguridad alimentaria del planeta. De acuerdo con la FAO (siglas en inglés de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)

“la seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimenticias para llevar una vida activa y sana.1

El crecimiento de la población

La población crece, especialmente en los países en vías de desarrollo,  y para el 2050, 9 billones de personas poblarán la tierra. El cómo alimentar a 9 billones de personas está generando conmoción no solo en la necesidad de producir más y “mejor”, sino también conciencia sobre el desperdicio, y la inequidad en la distribución de los alimentos.2

En la figura a continuación podemos observar el aumento de la población durante los últimos 65 años y las proyecciones para 2050.3

a Estimados, 1950-2015. b Variante de fertilidad media, 2015-2100.
Fuente: http://www.un.org/popin/data.html

Como se puede ver en la figura, en proporción, la población europea parece disminuir (pero, en verdad, permanece estable desde el 2000 al 2050) mientras que la población africana aumenta más de 10 veces del 1965 al 2050.

Los demás continentes, en proporción no muestran variaciones drásticas. Sin embargo, la población de América Latina y Oceanía se incrementa más de 4 veces, Asia casi 4 veces y Norte América más de 2 veces (aumento global casi 4 veces) para el 2050.3

De hecho, China e India han crecido de 554 y 376 millones en 1950 a 1.4 y 1.3 billones en 2015, respectivamente.3

Si, ¡los números son alarmantes! Y ahora, ¿cómo vamos a alimentar a todas esas personas? Y, ¿qué significa en realidad todo esto?

Los siguientes videos (disponibles en inglés con subtítulos en varias lenguas) de Denis van Waerebeke y de la organización feeding9billion (alimentado a 9 billones) muestran claramente las dificultades de alimentar a la creciente población y cómo podemos ser parte de la solución. ¡Vale la pena verlos! 

Pero, ¿cómo comen las personas?

La dieta humana es tan diversa como lo son las personas y las culturas alrededor del mundo. No existe “una dieta ideal” para el mundo, pero existes dietas ideales dependiendo de la ubicación geográfica y de las condiciones de cada región que proveen de la energía necesaria para gozar una vida sana.

Este es un plato de «Mayón» un gusano que crece dentro de los árboles en la Amazonía ecuatoriana. Su sabor es parecido al camarón. Lo acompaña un pedazo de yuca y encebollado. La población Kichwa de la Amazonía en la provincia de Orellana, sale a vender el producto en la ciudad de El Coca en Ecuador. Foto de Karla Gachet.

Existe un conocimiento general de que una persona normal debe consumir 2000 calorías dietéticas of kilocalorías por día (requerimiento energético). Sin embargo, no encontramos una prueba científica explicando este cálculo. Si encuentran alguna, por favor escríbenos en los comentarios 🙂

Un valor exacto debe considerar sexo, edad, tamaño corporal, composición corporal y estilo de vida y, por lo tanto, no se puede estandarizar para todas las personas.4

Los alimentos nos proporcionan la mezcla correcta de nutrientes (es decir, carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales). La mayoría de los alimentos son una mezcla de nutrientes, los cereales, por ejemplo, son una fuente importante de energía (carbohidratos y grasas), pero también son una fuente de vitaminas y minerales.5

El fotógrafo Gregg Segal muestra en su proyecto Daily Bread (Pan de cada día) lo que están comiendo los niños alrededor del mundo, esto nos permite apreciar no solo cuan diversas son las culturas alrededor del mundo si no también, el valor de los alimentos hechos en casa en contraste con la comida procesada. ¡Magnificas fotos de verdad!

¡Es muy importante preservar la diversidad cultural (y la diversidad en general)! Imaginemos si todos comemos lo mismo. ¡Sería inquietante e insostenible! En este sentido la organización Slow Food, promueve la preservación de las tradiciones culinarias y el cultivo de variedades locales de plantas, semillas y animales. Son un movimiento global que actúa localmente. ¡Este es un movimiento que vale la pena apoyar! 

¿Cómo la dieta humana influencia la seguridad alimentaria?

National Geographic6, utilizando la información de la FAO7 muestra en gráficos ilustrativos sencillos, los patrones de consumo de 22 países alrededor del mundo y como estos han cambiado en un lapso de 50 años. A escala global, entre los años 1961 y 2011, se ha incrementado el consumo de cultivos vegetales (raíces con contenidos altos de almidón, vegetales y frutas), productos cárnicos y azúcares/grasas vegetales. En la figura a continuación se muestra el consumo diario promedio mundial en calorías (cal) y gramos (g).6

Es evidente que una pequeña porción de granos (351 g) genera mucha energía (1085 cal) y una gran cantidad de cultivos vegetales (488 g) genera poca energía (270 cal).6 Por favor, tengan en cuenta que la energía, en este caso referida como calorías, no significa «engordar». La energía es vital, debemos preocuparnos más por la calidad de las calorías y por tener una dieta equilibrada que por la cantidad de calorías en sí. Recuerden que en este caso, ¡calorías = energía! En la figura se muestra la relación entre calorías y gramos consumidos diariamente por persona6 para asociarlos luego con los alimentos en sí.

Solo para que sepas: la energía se mide en unidades de kilocalorías (kcal) o kilojoules (kJ). Una kilocaloría (1 kcal) es igual a 4.18 kilojoules (4.18 kJ). Los números que se muestran aquí en calorías (cal) se refieren en realidad a kilocalorías (kcal).

La figura a continuación nos permite apreciar mejor el impacto de los alimentos consumidos en China, India, USA, Brasil, Japón y Somalia en los años 1961 y 2011.6

China no solo aumentó casi 4 veces su consumo alimenticio entre 1961 y 2011, sino que también aumentó más de 10 veces su consumo de carne.6 Si pensamos en esto y en el aumento de la población, podemos imaginarnos el impacto en la seguridad alimentaria (China es solo un ejemplo).

Es evidente que la complejidad de la seguridad alimentaria se incrementa con el aumento de la prosperidad en el mundo, en especial en China y la India, que está impulsando una mayor demanda de alimentos, sobre todo de carne, huevos y lácteos,6 lo que a su vez incrementa la presión para producir más maíz y soja destinados a alimentos para ganado vacuno, porcino y avícola.

Si estas tendencias se mantienen, el impacto del crecimiento poblacional y las dietas con mayor componente animal, se requerirá  duplicar la producción agrícola para 2050.

Sobre este tema vale la pena leer el plan de cinco pasos para alimentar al mundo (Five-step plan to Feed the World) propuesto por National Geographic.

Es alarmante además la explotación excesiva e indiscriminada de los océanos para satisfacer las necesidades de economías emergentes. China por ejemplo se ha visto involucrada recientemente en eventos de pesca masiva, no selectiva e ilegal en Senegal8, Ecuador9 y otros países del Pacífico10.

Un estudio reciente realizado en la región oeste de África muestra que la pesca ilegal corresponde al 65% de las capturas declaradas y pone en riesgo seguridad alimentaria y la economía de la región.11

Los niños ayudan a sus padres a pescar en la isla de Limones, provincia de Esmeraldas, Ecuador. Foto de Karla Gachet.

Pero, ¿qué significa esto exactamente para la población local?

Echa un vistazo al cortometraje Nonoy and the Sea Monster (Nonoy y el monstruo marino) para comprender la magnitud del impacto…

Un enfoque interesante en la lucha en contra la pesca intensiva es el proyecto europeo Fish Forward. El proyecto tiene como objetivo crear conciencia sobre el impacto social y ambiental del consumo de pescado. Está dirigido a los consumidores y su predisposición para cambiar esta situación optando comprar pescado sostenible.

La forma en que consumimos alimentos está poniendo en peligro la biodiversidad y la salud humana. Se requiere un nuevo modelo de sistema alimentario regenerativo, uno circular.12

Conclusión

El problema de la alimentación mundial es un problema complejo que nos afecta a todos los habitantes de la tierra. No requiere de un héroe único o de una fórmula mágica, sino requiere del trabajo y la creatividad de cada uno de nosotros. Juntos podemos resolverlo y así construir un mundo sano, justo y con alimentos para todos.

Por M. S. Gachet et N. Zanuto
Enlace a la iniciativa de la portada aquí.

REFERENCIAS:
1 FAO, 2011: La seguridad alimentaria: información para la toma de decisiones. Guía práctica.
2 FAO. How to Feed the World in 2050
3 UN: United Nations. United Nations Population Information Network.
4 FAO, 2001: Human Energy Requirements.
5 FAO. Chapter 7: Food, nutrients and diet.
6 National Geographic. What the World Eats.
7 FAO. Food and agriculture data.
8 China Wants Fish, So Africa Goes Hungry. New York Times. Mayo 3, 2017.
9 WWF se pronuncia sobre la captura del buque chino en Galápagos. Diario EL COMERCIO.
10 China’s Appetite Pushes Fisheries to the Brink. New York Times. April 30, 2017.
11 Doumbouya, A. et al., 2017. Assessing the Effectiveness of Monitoring Control and Surveillance of Illegal Fishing: The Case of West Africa. Frontiers in Marine Science 4:50.
12 Ellen Macarthur Foundation, 2019: Cities and Circular Economy for Food.

El desperdicio de alimentos y su impacto en la salud del planeta

La FAO (siglas en inglés de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano se pierden o desperdician cada año. Esto corresponde a 1.3 billones de toneladas, un promedio de 265 Kg/persona/año y 750 billones de dólares Estadounidenses al año (el equivalente al GDP de Suiza). 1,2

¡Con los alimentos producidos y no consumidos (desperdicio) hoy, se podría erradicar el hambre!3

¿Cómo sucede esto?

Para entender cómo y porque los alimentos se desperdician y qué podemos hacer nosotros para contribuir a cambiar esta situación, entendamos primero cómo se producen nuestros alimentos.

Como se menciona en el posteo 2 para producir alimentos necesitamos: elementos esenciales que forman todos los organismos vivos (carbón, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno), agua, suelo y biodiversidad.

Si lo pensamos, producir alimentos requiere muchos recursos naturales, ¿verdad?

Pero la producción de alimentos no solo requiere recursos naturales sino también energía durante las fases de manejo y almacenamiento de la cosecha, procesado, distribución y consumo. Ahora, imaginémonos que ocurre si estos alimentos no son consumidos, ¿qué tan grande es el desperdicio? ¿Cómo podemos medir este impacto, esta huella?

La huella medioambiental del desperdicio alimentario

Vale la pena aclarar que la famosa “huella medioambiental de los alimentos” es la energía y recursos necesarios para producir alimentos y para evaluarla se utilizan cuatro indicadores: la huella de carbono, la huella hídrica azul, la ocupación del suelo y el impacto en la biodiversidad.1,2

En la siguiente figura, puedes ver algunos valores realmente impactantes que demuestran cuán grande es la huella del desperdicio alimentario. Para resaltar algunos, imaginemos a una persona manejando un auto por 2300 Km cada año (casi la distancia entre Nueva York y las Vegas), esta es la huella de carbono aproximada de una persona al año; o tres veces el agua del Lago de Ginebra, esta es el agua que se consume para producir los alimentos que se desperdician en el mundo al año; o en lo que respecta al suelo, utilizamos una área que corresponde al tamaño entre Rusia y Canadá, aproximadamente el 28% del área mundial.1,2

¡El equivalente a 6 camiones de basura de alimentos comestibles se pierde o se desperdicia cada segundo!4

1 Ha (hectárea)= 0.01 Km2

Alimentos con el mayor impacto ambiental en términos de desperdicio alimentario

Para identificar los impactos del desperdicio alimentario en los recursos naturales y dónde y por qué ocurren, la FAO ha agrupado los alimentos en ocho grupos:

1. Cereales (excluyendo la cerveza),
2. Raíces almidonadas,
3. Oleaginosas y legumbres,
4. Frutos (excluyendo el vino),
5. Carne,
6. Pescado y mariscos,
7. Leche (excluyendo la mantequilla) y huevos y,
8. Vegetales. 

El estudio muestra que los cereales y las verduras tienen el mayor impacto ambiental para la huella de carbono, la huella hídrica azul y la ocupación del suelo, representando alrededor del 50% en todos los casos. 1,2

Regiones con el mayor impacto ambiental en términos de desperdicio alimentario

Como ya se mencionó en el posteo 2, la agricultura (conversión de tierras silvestres e intensificación) es la principal amenaza para la biodiversidad a nivel mundial. Vale la pena mencionar que esto ocurre mayormente en regiones en desarrollo (72% y el 34% de especies están amenazadas por los cultivos y la producción ganadera, respectivamente, frente al 44% y 21% que ocurre en países desarrollados). La deforestación debido a la expansión agrícola se produce principalmente en las regiones tropicales y subtropicales de África (62%), América Latina (25%) y Asia (13%)1,2 y ha destruido 5.2 millón Ha/año entre el 2000 y el 2010 (la pérdida anual neta de bosque equivalente a un área del tamaño de Costa Rica)5.

En términos económicos, los alimentos desperdiciados con mayor impacto son los vegetales y la carne con un valor estimado de 170 y 160 mil millones de dólares estadounidenses al año, respectivamente. 1,2

Con el fin de comparar el impacto por región, la FAO también ha dividido el mundo en siete regiones con comportamientos culturales alimentarios similares y condiciones económicas y sociales afines, como se muestra en la figura tomada del estudio: 1,2

Notablemente las regiones de Norteamérica y Oceanía, Asia industrial y Europa tienen la mayor huella de carbono per cápita del desperdicio de alimentos (903, 741 y 686 Kg de CO2 eq./persona/año, respectivamente). 1,2

El desperdicio de cereales en Asia (especialmente arroz y trigo) emergen como un foco ambiental importante mostrando altos impactos en la huella de carbono (Asia Industrial 14% y el Sur y Sudeste de Asia 11%), la huella hídrica azul (13% y 14%) y la ocupación del suelo (5% y 9%). El desperdicio de frutas emerge como un foco para la huella hídrica azul en Asia (Asia Industrial 3% y Sur y Sudeste de Asia 4%), América Latina (3%) y Europa (3%). Mientras que la huella de carbono de los vegetales emerge como un foco en Asia (Asia Industrial 10% y el Sur y Sudeste de Asia 3%) y Europa (4%).1,2

Como se puede apreciar, el desperdicio de cereales y vegetales tiene el impacto ambiental más significativo mostrando la mayor huella global de carbono, agua (huella hídrica azul) y ocupación de la suelo.

El ciclo de vida de los alimentos

Y ahora, ¿por qué dejamos que todos estos importantes recursos naturales se pierdan? Para responder a esta pregunta, echemos un vistazo al siguiente gráfico que explica el ciclo de vida de los alimentos y sus fuentes de desperdicio.

Como se puede ver, los alimentos se pierden a lo largo de toda la cadena de suministro (producción agrícola + manejo y almacenamiento de la cosecha = 54% y procesado + distribución + consumo = 46%) y cuanto más tarde en las fases del ciclo de vida, mayor será el impacto debido a su producción y transformación innecesarias. 1,2

Si tiramos una tarta de manzana, su huella ambiental será mayor que la de desperdiciar las manzanas recolectadas en el campo, ¿correcto?

Cómo y por qué se desperdician los alimentos

El desperdicio alimentario es causado principalmente por ineficiencias en la cadena de suministro (como infraestructura y logística deficientes, ausencia de tecnología, habilidades, conocimiento y capacidad de gestión insuficientes, y falta de acceso a los mercados) y desastres naturales.1,2

Dentro del ciclo de vida, las pérdidas de alimentos se refieren a la producción agrícola (etapa 1 del ciclo de vida de los alimentos) y al manejo y almacenamiento de la cosecha (etapa 2). 1,2 Difícilmente, los individuos solos tienen el poder de contribuir a mejorar las pérdidas de alimentos, pero juntos, ¡podemos tener un impacto!

Por otro lado el desperdicio de alimentos es causado por el deterioro (los alimentos se mantienen más allá de su fecha de caducidad o se echan a perder) y el exceso de oferta en los mercados o en las compras individuales debido a hábitos de consumo o alimenticios. Los alimentos desperdiciados son comida apropiada para el consumo humano que se desecha. Dentro del ciclo de vida, el desperdicio alimentario se refiere las etapas de procesado (etapa 3), distribución (etapa 4) y consumo (etapa 5).1,2 Cada uno de nosotros puede hacer algo para evitar el desperdicio de alimentos.

Nota: en inglés existe una palabra para definir el desperdicio total de los alimentos (food wastage) que engloba a las pérdidas de alimentos en las etapas 1 y 2 (food losses) y los alimentos desperdiciados en las etapas 3, 4 y 5 del ciclo de vida de los alimentos (food waste).

Ahora, debemos saber que el desperdicio alimentario es diferente según la región. Los países en vías de desarrollo sufren mayores pérdidas durante la fase agrícola. Sin embargo, las pérdidas durante la producción agrícola (etapa 1) y al manejo y almacenamiento de la cosecha (etapa 2) son similares en todas las regiones del mundo representando aproximadamente un tercio del desperdicio en cada región. Mientras tanto, en las regiones con ingresos medios y altos, el desperdicio tiende a ser mayor a nivel de consumo. De hecho, los alimentos desperdiciados durante las etapas de procesado (etapa 3), distribución (etapa 4) y consumo (etapa 5) representa el 31-39% en las regiones de ingresos medios y altos, mientras que en las regiones de bajos ingresos solo representa el 4-16%.1,2

Las entrañas de una llama se encuentran dentro de un balde en el Carnaval de Oruro. Durante la fiesta, muchas personas sacrifican llamas y hacen ofrendas para mostrar su dedicación al Diablo, la Virgen, la Pachamama o la Madre Tierra. Foto de Karla Gachet.

Otro punto importante a considerar cuando se habla del desperdicio alimentario son los llamados “alimentos feos”, que se refieren principalmente a frutas y verduras, pero también diversas partes de animales. Sólo por razones estéticas, los mercados y la gente prefieren consumir alimentos “hermosos e impecables” y como consecuencia, ¡grandes cantidades de “alimentos perfectos” son eliminados!

Volumen de desechos alimentarios por región

Cada región del mundo tiene su propio perfil en términos de desperdicio de alimentos (cantidades y tipo de producto). En la figura siguiente podemos ver algunos números:1,2

La región del mundo con el mayor impacto en cuanto a volúmenes de desperdicios es Asia por los vegetales (Asia Industrial 11% y Sur y Sudeste de Asia 4%) y los cereales (16% en total). El volumen de desperdicio en África Subsahariana, Asia Industrial y Europa es alto en cuanto a de raíces almidonadas (5%, 4.5% y 4%, respectivamente) y en el Sur y sudeste de Asia y en América Latina en cuando a frutas (4% y 3%, respectivamente).

Curiosamente, el desperdicio de alimentos de Asia Industrial es menor en porcentaje que otras regiones de altos ingresos. Los grandes volúmenes de desperdicio se deben a que esta región domina la producción y el consumo mundial de vegetales, con más de 50%.

¡También tengamos en cuenta que en Asia hoy es donde vive el 60% de la población!

En la región del África Subsahariana, el alto desperdicio de raíces almidonadas a nivel mundial se debe a los altos volúmenes de pérdidas en las fases agrícola y de manejo de la cosecha (etapas 1 y 2). 1,2

En cuando al desperdicio de alimentos per cápita, en los primeros 5 puestos encontramos a Asia Industrial por vegetales (~115 Kg/persona/año), África Subsahariana por raíces almidonadas (~110 Kg/persona/año), África del Norte, Asia Occidental y Asia Central por vegetales (~95 Kg/persona/año), América Latina por frutas (~90 Kg/persona/año) y Europa por las raíces almidonadas (~85 Kg/persona/año). Curiosamente, y comparando con los volúmenes totales de desperdicios de alimentos, la región del Sur y Sudeste de Asia ya no aparece en la lista y de hecho tiene los volúmenes de desperdicio de alimentos más bajos per cápita.1,2

La Vega Central en Santiago de Chile también conocido como Feria Mapocho. Desde la época colonial, agricultores se reunían en el área de La Chimba a vender sus productos. Hoy cientos de miles de personas pasan a diario por La Vega Central. Muchos de los puestos de venta han sido heredados de padres a hijos. Foto de Karla Gachet. La historia completa se encuentra aquí

Estas grandes cantidades en el Sur y Sudeste de Asia y África, también representan la comida que se desperdicia debido a la falta de condiciones adecuadas de almacenamiento. Para abordar estas necesidades, Evaptainers y Wakati están construyendo sistemas innovadores y de refrigeración, ¡vale la pena revisarlos!

Como podemos ver, en cada región del mundo el problema del desperdicio considera muchos factores y es ¡diferente para cada región!

Conclusión

El desperdicio de alimentos en un problema serio de que todos somos responsables. Nuestra huella de consumidores tiene un impacto. Nuestros alimentos están conectados con la tierra, las fuentes acuíferas, el clima y las personas que producen los alimentos que consumimos. Solo siendo conscientes de nuestra contribución tendremos las herramientas adecuadas para tomar las decisiones que nos permitirán construir un mundo sostenible.

Alrededor del mundo existen muchos movimientos locales que usan estrategias diferentes para combatir el desperdicio de alimentos. Aquí algunos ejemplos:

Una que amamos es Food for Soul (Alimentos para el Alma) que nace en Italia. Su estrategia involucra a los chefs y tus capacidad para transformar ingredientes ordinarios (excedentes de alimentos que de otro modo se desperdiciarían) en platos extraordinarios que serán servidos a los más pobres, luchando así contra el desperdicio de alimentos y al mismo tiempo promoviendo la inclusión social. Talvez piensas que esto funciona solo en países industrializados, sin embargo, uno de sus centros Gastromotiva funciona en Rio de Janeiro, Brasil.

Stop Wasting Food (Deja de Desperdiciar Comida) es un movimiento Danés que comenzó generando conciencia en el consumidor y en 5 años se ha convertido en el mayor movimiento de consumidores sin fines de lucro que lucha en contra del desperdicio de alimentos en el mundo. Aleándose con la cadena de supermercados más grande del país han logrado reemplazar todas las ofertas de grandes cantidades por descuentos individuales minimizando así el desperdicio de alimentos, promueven la apertura de supermercados que venden excedentes de alimentos, programas para personas sin hogar y con un mayor enfoque están involucrando a la industria, los minoristas, los comedores, los restaurantes y los servicios de alimentación en la lucha contra el desperdicio de alimentos. En su página web se pueden encontrar muchos consejos prácticos para reducir el desperdicio de alimentos, de verdad ¡vale la pena considerarlos!

Costa Rica también está tomando medidas a nivel político con un plan de acción bien estructurado que se puede observar aquí

Involucrando a la comunidad el movimiento Re-food en Portugal colecta excedentes de comida de restaurantes y con la ayuda de voluntarios los entrega a personas necesitadas.

Involucrando a los supermercados y otros proveedores Chowberry en Nigeria ha creado una nueva cadena alimentaria sostenible de productos que se acercan a la fecha de caducidad, permitiendo ver en tiempo real la disponibilidad y los precios descontados. Estos alimentos los obtienen organizaciones benéficas y ONG que ayudan a combatir la pobreza alimentaria. 

En la mayoría de países de Latino América, organizaciones sin fines de lucro conocidas como Banco de Alimentos colectan alimentos que por varios motivos sería desechados. Para encontrarlos solo escribe en google: banco de alimentos + “nombre del país”. 

Si lo pensamos, en América Latina y el Caribe por ejemplo, con los alimentos que se pierden solo a nivel de venta minorista (supermercados, mercados callejeros, tiendas y pequeños comercios), se podrían alimentar a más de 30 millones de personas, que representan el 64% de las personas que padecen hambre en la región.6

¡Paremos el desperdicio de alimentos!

¡Tenemos el poder como consumidores! Podemos comprar solo lo que vamos a comer, almacenar y comer los excedentes de nuestra comida, pensar que más no siempre es mejor al preferir la calidad a la cantidad, compartir los excedentes de alimentos y en los restaurantes, ordenar solo lo que vamos a comer y si no es posible llevar las sobras a casa.

También podemos elegir comprar esa manzana que no tiene el mejor color, ese brócoli que tiene una forma extraña, y al hacer esto estaremos, lentamente, presionando al sistema para que cambie la regla que indica qué tipo de verduras y frutas se puede vender en el mercado, de lo contrario, se tiran a la basura (desperdicio). Piensa también que los vegetales y frutas con pequeños agujeros de gusanos podrían ser los más deliciosos. La naturaleza reconoce la calidad mucho mejor que nosotros y que esa pera de forma perfecta podría haber sido tratada para que permanezca tan perfecta como la deseas… Para ayudar a disminuir los números en la parte de consumo, podemos usar todas las partes de  los productos que compramos, las hojas de las zanahorias y los troncos del brócoli pueden servir para hacer un rico caldo de verduras, por ejemplo. Haciendo esto, ¡podemos comer siempre todo lo que compramos! Es así de simple.

Y recuerda que «la naturaleza no desperdicia nada». Comencemos a pensar en los residuos como recursos y a construir una nueva economía, una circular. Echa un vistazo al reporte de Ellen Macarthur, Drawdown y ZERI y déjate inspirar.

Por M. S. Gachet et N. Zanuto
La historia completa de la foto de portada se puede encontrar a
quí.

REFERENCIAS:
1 FAO, 2013: Food Wastage Footprint. Impact on Natural Resources.
2 FAO, 2013: Huella del desperdicio alimentario – Impacto en los Recursos Naturales. Presentación del estudio de la FAO FWF.
4 Ellen Macarthur Foundation, 2019: Cities and Circular Economy for Food.
5 FAO. World deforestation decreases, but remains alarming in many countries.
6 FAO. Losses and food waste in Latin America and the Caribbean.